El reciente éxito de la regulación del metano en California ofrece un modelo para el auge energético en México

A raíz de la reforma energética en 2013, la expansión de la industria del gas y del petróleo ha crecido rápidamente. La primera ronda de licitaciones para el arrendamiento de petróleo en aguas profundas mexicanas terminó en diciembre, marcando el inicio para una serie de compañías privadas como ExxonMobil y Chevron, por primera vez desde los años treinta. Durante este año se planean arrendamientos adicionales de lugares que se convertirán en nichos para actividades petroleras y de gas, tanto en tierra como mar adentro.

Todo esto sucede mientras México demuestra un notable clima de liderazgo, y mientras los países y las compañías del sector energético alrededor del mundo empiezan a actuar para controlar las emisiones de metano, un contaminante sumamente dañino que escapa de manera constante de la industria mundial del petróleo y el gas. En otras palabras, el auge energético no pudo suceder en un momento más crítico. México está clasificado como el quinto emisor de metano más grande del mundo. Con la ausencia de reglas sólidas para el desarrollo futuro, estas emisiones pueden aumentar a un ritmo constante conforme más producción de petróleo y gas entre en operación como resultado de la reforma energética.

Por otra parte, tener reglas adecuadas en México antes de que suceda el auge energético tiene sentido – es más inteligente trabajar desde el inicio con requisitos y acciones para tener industrias limpias que tratar de limpiarlas años después.  En ese sentido, México ya comenzó a tomar medidas en la dirección correcta con nuevas regulaciones ambientales y de seguridad para la industria del gas y petróleo. Sin embargo, es fundamental contar con reglas sólidas para que el país esté preparado ante la creciente problemática de metano que podría empeorar en los próximos años, amenazando la salud de sus ciudadanos y su economía en crecimiento.

La buena noticia es que las políticas para reducir el metano son increíblemente rentables, y muchas jurisdicciones ya han empezado a desarrollar e implementar regulaciones para encarar a este poderoso contaminante. El reciente progreso en California es un ejemplo de una de las mejores regulaciones para metano producido por petróleo y gas, y es una importante referencia ahora que México busca desarrollar regulaciones similares propias.

La prevención es la base de las reglas para el metano en California.

La semana pasada, California finalizó las regulaciones más sólidas en materia de gas y petróleo  para controlar la contaminación por metano en cualquier parte de los EE. UU. uniéndose a otros estados con tendencias liberales y conservadoras, que siguen actuando (ver aquíaquí y aquí). Las nuevas reglas de California requieren que las compañías de petróleo y de gas reduzcan las emisiones tanto en las nuevas como en las viejas instalaciones en tierra y mar adentro, con lo cual, ahorrarán millones de dólares por la pérdida de gas cada año.  Esta es la primera gran regulación ambiental emitida desde el inicio del nuevo gobierno de EE.UU., y envía un claro mensaje de que los estados están trazando su propio futuro, mientras los líderes en Washington desmantelan la energía vital y las políticas ambientales que protegen a los estadounidenses.

Un incedente fundamental en la trayectoria del metano de California fue el del Cañón Aliso, una gran fuga de gas  en el sur de California que llamó la atención mundialmente, ocasionada por una explosión en un pozo en el subsuelo profundo en una instalación de almacenamiento de gas natural. El desastre se convirtió en vivo ejemplo de lo mal que puede ponerse el problema del metano en la industria del petróleo y del gas cuando faltan normas para inspecciones de rutina contra fugas, para el mantenimiento de equipo y para la operación.  Caso concreto: los documentos demostraron que no fue requerida una inspección a las instalaciones para verificar el espesor del entubado o fugas de gas en la superficie aun cuando habían experimentado un creciente número de problemas en la integridad de la estructura en años recientes y era operado sin sistemas de contención secundarios.

El Cañón Aliso– y la respuesta de California a ello – constituyen un ejemplo para México. Es justamente el interés de México asegurar que todas las compañías de petróleo y gas que operan dentro de sus fronteras, cumplan con los mismos estándares ambientales requeridos en otros lugares. Sin políticas consistentes, las compañías pueden explotar las diferencias en las medidas de seguridad nacionales y subnacionales y lesionar la economía y a los ciudadanos mexicanos.

Metano: un contaminante apremiante del ambiente.

Para apreciar el significado de la situación de México, se tiene que considerar lo que ocurre alrededor del mundo con relación a la ciencia del clima y la política. En marzo, la Organización Meteorológica Mundial  publicó su Informe del Estado del Clima, y las noticias fueron alarmantes. La temperatura global volvió a romper récords otra vez en 2016, mientras se acelera el aumento del nivel del mar. WIRED Magazine concluyó, “hemos sobrepasado nuestro entendimiento del cambio climático y estamos parados verdaderamente en un, “terreno desconocido”.

También hay un mayor entendimiento del papel tan poderoso que juega el metano en el calentamiento global. El metano es un potente gas de efecto invernadero, 80 veces más dañino que el dióxido de carbono en los primeros 20 años en que se asienta en la atmósfera. Los científicos dicen que el metano representa alrededor del 25 por ciento del calentamiento actual y los niveles de emisión están alcanzando su máximo mundial. Globalmente, la industrial del petróleo y del gas está entre los más grandes emisores de metano, ya sea por liberaciones accidentales o intencionales.

Un científico climático de la Universidad Simon Fraser, en Canadá, lo explicó de manera simple: “Necesitamos mitigar ambos [metano y dióxido de carbono] tan pronto como sea posible. No hay soluciones intermedias .”

Esta urgencia tiene un lado positivo. El metano es tan potente, que reducirlo tendrá un rápido y poderoso impacto en el clima. Por ejemplo, disminuir las emisiones mundiales de metano producidas por petróleo y gas en un 45 por ciento para el 2025, tendrá el mismo beneficio a corto plazo que cerrar un tercio de las plantas de carbón a nivel mundial. Además, los análisis han mostrado que reducir las emisiones de metano del sector petrolero y del gas puede conseguirse razonablemente con la tecnología existente.

El auge de la energía en México será el siguiente gran escenario para el metano.

México ha sido un líder confiable y visible en el cambio climático – aún antes del compromiso del metano realizado el año pasado- y tiene una larga historia de trabajo con los líderes en California, en una gran variedad de iniciativas relacionadas con el medio ambiente y el clima.

El regulador mexicano de la industria energética, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), está comenzando a desarrollar normas para reducir emisiones de metano. En ese sentido, las regulaciones de California son un buen modelo a seguir. Contar con políticas sólidas e inteligentes para reducir las emisiones de metano en la industria del petróleo y gas es esencial a medida que avanza el auge energético en México, pues además de asegurar que el país está fomentando una industria responsable de petróleo y gas para impulsar su economía, apoya los esfuerzos para cumplir con sus compromisos climáticos internacionales.

Image source: Wokandapix, Pixabay