El manejo basado en derechos (MBD) es un sistema de manejo pesquero que ha resultado exitoso para restaurar y mejorar el desempeño de varias pesquerías en México y el mundo, y para proteger los empleos de todos aquellos que dependen de la pesca de manera directa o indirecta.
Es un sistema que genera las condiciones de gobernanza democrática y autogestión para que los pescadores se conviertan en guardianes del mar y participen activamente en el manejo de su pesquería.
El objetivo del MBD es buscar un balance entre generar mayores beneficios para las comunidades pesqueras que cuidan sus recursos, empleos dignos y estables para todo el sector; y preservar a las especies y ecosistemas marinos para las futuras generaciones.
El MBD, referido por la FAO como «Derechos de uso para la pesca responsable» consiste en:
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Fortalecer la gobernanza democrática en el mar. Fomentar la participación de pescadores y sus comunidades en la toma de decisiones de manejo, a través de los comités consultivos de manejo pesquero, es fundamental para el manejo basado en derechos y la pesca sustentable. Los comités consultivos de manejo pesquero son órganos de participación donde productores, autoridades, científicos y organizaciones de la sociedad civil discuten y proponen soluciones de manejo para su pesquería. Fomentar una toma de decisiones más incluyente y participativa genera mayor responsabilidad y compromiso por parte de todos los actores y permite tener pesquerías más eficientes, productivas y responsables.
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Utilizar la mejor evidencia científica disponible para la toma de decisiones de manejo. Mediante sistemas de monitoreo biológicos y administrativos coordinados por la autoridad y con la participación de los pescadores, sus comunidades, instituciones científicas, académicas y organizaciones de la sociedad civil, se podrá generar más y mejor información sobre el estado de las pesquerías y su hábitat. Esto permitirá tener más elementos de análisis para tomar mejores decisiones que permitan a las pesquerías enfrentar sus retos y aprovechar las oportunidades a favor del bienestar de las comunidades y el medio ambiente.
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Determinar, con base en la mejor información científica disponible, una Captura Total Permisible y distribuirla entre los participantes reconocidos dentro de una pesquería, con base en un proceso participativo. Trabajar dentro de los límites de la naturaleza evita la sobreexplotación y protege a quienes viven de la pesca. Para lograrlo, la autoridad pesquera, utilizando la mejor información científica disponible, debe determinar la cantidad de recursos que pueden aprovecharse sin comprometer la viabilidad de la reproducción y crecimiento de la especie. A esa cantidad se le conoce como la Captura Total Permisible. Una vez establecida, la autoridad pesquera - en consulta con los pescadores y productores, a través de los comités consultivos de manejo pesquero, deberá definir los criterios para su distribución y asignarla sólo a aquellas personas que los cumplan. Esta asignación puede ser en forma de cuota o concesión y comprende un periodo de tiempo lo suficientemente largo para generar mayor certidumbre a los pescadores sobre sus derechos de pesca.
Al mismo tiempo, y como lo señala el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO “El derecho a pescar lleva consigo la obligación de hacerlo de forma responsable”. Es decir, cuando un pescador es poseedor de un derecho de pesca (en forma de permiso o concesión) por muchos años, se convierte en un guardián de los recursos, pues los beneficios que obtenga irán en función del respeto y responsabilidad con la que realice su actividad.
Con mayor certidumbre sobre su futuro en la pesca, los pescadores y sus comunidades se convierten en los mejores guardianes del mar, pues saben que sólo quien respeta y cuida los recursos, puede gozar de sus beneficios.