- Estamos ante un momento crítico que obliga a priorizar los esquemas de manejo pesquero sostenible, con el fin de asegurar el sustento de las comunidades que viven de la pesca, nutrición para millones de personas y la salud oceánica.
- Este año, el sector pesquero y la economía oceánica enfrentaron la pandemia por COVID-19; ahora es tiempo de apoyar su recuperación.
Este Día Mundial de la Pesca, en EDF de México llamamos la atención sobre dos temas. El primero de ellos, es la importancia de entender y afrontar los efectos adversos que el cambio climático tiene en los océanos y cómo este fenómeno está poniendo en riesgo tanto a la biodiversidad como a las comunidades. El segundo, la atención prioritaria a la recuperación de este sector tras las afectaciones por la pandemia de COVID-19. Ambos son enormes desafíos.
La pesca es una actividad muy importante, tanto para los cientos de millones de personas que alrededor del mundo dependen de ella como fuente de sustento, como para la nutrición de miles de millones de personas. En México, alrededor de 300 mil familias dependen directamente de la pesca y más de 2 millones de mexicanos dependen directa e indirectamente de esta actividad. Como país, ocupamos el lugar 16 a nivel mundial en producción, mismo que podría mejorar con la adopción y fortalecimiento de políticas pesqueras.
El océano es el epicentro de afectación del cambio climático: absorbe más del 90 por ciento del calor generado por los gases de efecto invernadero y produce la mitad de todo el oxígeno que respiramos. Los efectos más importantes incluyen cambios en la temperatura del agua, su acidificación, afectaciones a corales y otros ecosistemas, así como cambios en la biodiversidad, que generan problemas de sobrepesca y conflictos por el acceso a los recursos marinos. Si bien algunas de estas problemáticas ya se atienden, en general, el manejo sostenible no es aún una práctica generalizada.
Durante el 2020, el sector pesquero y la economía oceánica enfrentaron una nueva adversidad: la pandemia por COVID-19. Tan solo en el periodo de enero a septiembre, las exportaciones pesqueras del país cayeron -17.3% con respecto al mismo periodo de 2019, poniendo en riesgo el sustento y el bienestar de miles de familias de las comunidades costeras. Hoy, el reto en México es apoyar la recuperación del sector pesquero para que logre sostenibilidad y resiliencia, tanto frente a los embates del cambio climático, como frente a la pandemia.
Más aún, la pesca y la acuacultura sostenibles contribuyen a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, especialmente el número 14 relacionado con la Vida Submarina: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Asimismo, son importantes para lograr el ODS 2 de hambre cero, que busca acabar con la hambruna y la desnutrición y velar por que todas las personas, en especial los niños, tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos.
México, por la extensión de sus costas y la riqueza de su biodiversidad, está llamado a ser un referente internacional en manejo pesquero sostenible. Para lograrlo, necesitamos recuperar al sector y asegurar su resiliencia. El Día Mundial de la Pesca nos sitúa en el contexto oportuno para no olvidar que enfrentamos un momento crítico que obliga a tomar decisiones participativas y a implementar cambios en políticas públicas que impulsen esquemas de manejo sostenible y aseguren la resiliencia de nuestras pesquerías ante el cambio climático. Lograrlo no será fácil. Colaborando, tendremos éxito.