Pesca y derechos humanos: dónde estamos y a dónde queremos ir

  • México tiene la enorme oportunidad de dotar a pescadoras y pescadores de piso mínimo en materia de derechos humanos, a través de la cooperación internacional y la implementación de políticas públicas integrales
  • Proponemos cuatro ejes de acción para que la pesca reciba atención prioritaria en nuestro país, continúe apoyando a cumplir los ODS y apoye a la recuperación de las comunidades costeras afectadas por COVID19

«Dentro de algunas décadas, la relación entre el ambiente, los recursos y los conflictos será tan obvia como la conexión que vemos ahora entre derechos humanos, democracia y paz»- Wangari Maathai, Premio Nobel de la Paz, 2004.

La pesca, como actividad que da sustento a millones de personas alrededor del mundo, está directamente ligada a los derechos humanos, no únicamente por su importancia para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible #2 de seguridad alimentaria, a través de conseguir hambre cero para 2030, sino además en su relación con los derechos de los propios pescadores, pescadoras y sus familias, muchos de los cuales no tienen sus necesidades básicas resueltas.

Las Directrices Voluntarias para Lograr la Sostenibilidad de la Pesca en Pequeña Escala (Directrices PPE) emitidas por la FAO en 2015, promueven un enfoque basado en los derechos humanos para la erradicación de la pobreza, garantizar el derecho a una alimentación adecuada y el desarrollo socioeconómico equitativo de los pescadores y las comunidades pesqueras. En este sentido, queda claro que en México existe un reto significativo en cuanto a la garantía de acceso a un piso mínimo de derechos sociales y económicos universales para comunidades pesqueras ribereñas.

¿Dónde estamos hoy?

En nuestro país existen, desde hace décadas, políticas pesqueras que no han podido solucionar las principales problemáticas del sector pesquero y cuyo diseño no ha incorporado el desarrollo sostenible de las comunidades ribereñas. Históricamente, estas políticas han intentado responder a los problemas de la pesca desde un punto de vista productivo, más no social ni cultural, es decir, su impacto real en el bienestar de las comunidades ha sido mínimo.

Algunos de los pendientes que enfrentamos en materia de derechos humanos en la pesca, son: garantizar el derecho al trabajo digno y crecimiento económico; el derecho a la vivienda digna, al agua limpia y al saneamiento, el derecho a la propiedad, a la salud y a la educación para las comunidades que viven de la pesca. En el caso de la pesca ribereña, es claro que estas comunidades costeras han vivido históricamente marginadas y con pocas oportunidades de desarrollo.

¿Hacia dónde queremos ir?

Con este panorama en mente, un grupo de organizaciones colaboramos para elaborar el documento Impacto Social de la Pesca Ribereña en México, en donde proponemos cuatro ejes de acción para mejorar la vida de las comunidades pesqueras de forma integral, a partir de un enfoque de derechos humanos:

  1. Eje Transversal: una política pesquera con enfoque regional e intersectorial que considere las diferencias sociales, económicas, culturales y ecológicas entre las principales regiones pesqueras del país, de acuerdo con su diversidad y variación.
  1. Eje Socioeconómico: incrementar las capacidades productivas, financieras, de desarrollo humano y la integración más horizontal en las cadenas de valor de la pesca, mediante el acceso a tecnologías, infraestructura, capacitación y servicios básicos garantizados.
  1. Eje Sociocultural: reconocer la importancia de los valores sociales y culturales de la actividad pesquera, más allá de la actividad económica, como una forma de vida alrededor de la cual giran numerosas comunidades costeras. Asimismo, colocar al pescador en el centro de la política pública, a través de espacios de participación social incluyentes donde se valore su conocimiento empírico de la pesca.
  1. Eje Organizacional: fortalecer la organización y la integración de las comunidades en torno a la pesca, con acompañamiento y desarrollo de capacidades organizativas, por medio de capacitación técnica y tecnológica en diversos temas de utilidad práctica.

Recientemente, México, en su calidad de país integrante del Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible (HLP, por sus siglas en inglés), se comprometió con la nueva Agenda Oceánica propuesta a través del documento Transformaciones para una economía oceánica sostenible: una visión para la protección, la producción y la prosperidad, cuyo objetivo principal es gestionar de manera sostenible el 100 por ciento de las aguas oceánicas bajo jurisdicción de cada uno de los países que conforman el HLP. Lo que se espera es poder construir una economía oceánica sostenible que permita proporcionar alimentos, empoderar a las comunidades costeras, impulsar las ciudades, transportar personas y bienes, y ofrecer soluciones innovadoras a los desafíos globales.

Junto con el combate a la corrupción y la desigualdad, el bienestar de la población es un objetivo fundamental del gobierno de México. En este Día Mundial de los Derechos Humanos, celebramos el compromiso que la administración federal del presidente Andrés Manuel López Obrador ha asumido, con el liderazgo de la Subsecretaria Martha Delgado  en el HLP, para promover y cumplir con esta nueva agenda en los próximos años.

Asimismo, creemos importante sumarnos al llamado de la ONU en este día, y «reconstruir para mejorar» las condiciones en las que viven los seres humanos, específicamente de las pescadoras y pescadores, tras las afectaciones que les ha dejado la pandemia de COVID-19 en este 2020. Sin distinciones, el Estado está obligado a garantizar los derechos humanos y libertades fundamentales para todas las personas y construir un futuro más equitativo y resiliente para las personas y para el medio ambiente.

Tenemos una enorme oportunidad de saldar las cuentas pendientes con las comunidades pesqueras, tanto a través de iniciativas internacionales de cooperación, como con el diseño de políticas públicas integrales en nuestro país. México está llamado a ser un líder mundial en pesca sostenible. Con un compromiso político real y la colaboración de todos los involucrados, podemos hacer de ello una realidad en los próximos años y asegurar alimento, bienestar y desarrollo para todos los mexicanos.