Según datos de la FAO, en el mundo, 5 de cada 10 personas que trabajan en la pesca son mujeres. En México, utilizando perspectiva de género en el análisis de datos, se estima que 3 de cada 10 empleos son realizados por una mujer; de otro modo, la estadística oficial señala que es 1 de cada 10. Independientemente de que, aún desde las cifras oficiales es difícil reconocer cuántas somos y lo qué hacemos por la pesca, lo que es innegable es que la pesca sin mujeres sería inviable, desde la producción, hasta la elaboración de políticas públicas pesqueras, hay miles de mujeres involucradas, poniendo su cuerpo, corazón y empeño en hacer de la pesca una actividad fuerte, sostenible y resiliente.
Paradójicamente, en este último año, la pandemia de COVID-19 profundizó la desigualdad laboral a la que se enfrentan las mujeres en América Latina y el Caribe, al tiempo que también evidenció el gran liderazgo de las mujeres para enfrentar esta crisis en todos los niveles. Desde quienes se encuentran en la primera línea de atención de salud, hasta presidentas de varios países, o jefas de familia. Por ello, este año la ONU ha adoptado el lema de «Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19», como eje para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
En el caso de la pesca, la situación no es distinta: Persisten las desigualdades en términos de acceso a la salud, seguridad económica y laboral, así como en la distribución del trabajo doméstico y del cuidado de las familias y los hijos e hijas, tal como lo muestra un reporte elaborado por Igualdad de Género en el Mar. Sin embargo, ante esta situación, también hay casos de mujeres que, ante la crisis, buscaron una manera de innovar y encontrar soluciones, salir adelante y continuar trabajando hacia la pesca sostenible, con el objetivo final de asegurar un mejor presente y futuro, para ellas y sus comunidades.
Con todo esto en mente, el día hoy vale la pena hacer un alto en el camino, no para felicitarlas sino para evidenciar su gran labor y aportación al sector pesquero, pero también para reconocer las desigualdades que aún enfrentan y reflexionar en torno a lo que podemos hacer para que su participación en la pesca sea respetada, reconocida y apoyada todos los días del año.
Igualdad de género, clave para avanzar hacia un futuro sostenible
Cuando hablamos de pesca sostenible, nos referimos a encontrar el equilibrio entre conservar los recursos marinos, generar bienestar para quienes viven y dependen de la pesca, y tener una actividad económicamente rentable que permita mantener este círculo virtuoso a lo largo del tiempo. Sin embargo, solo puede lograrse incluyendo la voz de todas las personas que participan en esta actividad, incluidas las mujeres, quienes, a pesar de participar históricamente en la pesca, no siempre pueden participar en la toma de decisiones.
Incluirlas en estos procesos, no sólo ayudará a fortalecer al sector pesquero, sino que permitirá construir una sociedad más justa donde todos y todas podamos aportar conocimientos y habilidades para lograr un objetivo común – en este caso, una pesca fuerte y sostenible, con comunidades resilientes ante retos como la pandemia, el cambio climático y otros. Esto es trabajo de todos y todas: nos necesitamos mutuamente para construir un futuro mejor.
Cuando hablamos de igualdad, nos referimos a que todas las personas, por el simple hecho de ser personas, deben tener garantizado el acceso a los mismos derechos (derecho a la salud, a la educación, a una vida sin violencia, al trabajo, etcétera), no sólo por ley, sino en la práctica, es decir, poder ejercerlos sin arriesgar la vida o la dignidad.
Por otro lado, equidad, significa incluir principios éticos que promuevan, en todo momento, el respeto a los derechos de las personas, así como principios de justicia, que reconozcan que no todas las personas tienen la posibilidad de ejercer sus derechos con la misma facilidad.
En cuanto a la equidad de género, debemos reconocer que, históricamente, las mujeres no hemos tenido acceso a todos los derechos que como personas nos corresponden. Así pues, tenemos que trabajar activamente como sociedad para generar las condiciones y oportunidades que permitan emparejar el piso y subsanar esas diferencias entre hombres y mujeres, para entonces sí, trabajar y vivir en igualdad de circunstancias.
¿Cómo apoyar el liderazgo y participación de las mujeres en la pesca?
Con el ánimo de seguir avanzando hacia un futuro donde tengamos más peces y mariscos en el mar, más comida en el plato y mayor bienestar para todas las personas que trabajan en la pesca, enlisto algunas acciones que podemos promover para apoyar a las mujeres en la pesca desde diferentes ámbitos:
- Incluir perspectiva de género en la elaboración de políticas públicas pesqueras, lo cual va desde modificar la manera en la que se considera y contabiliza al sector pesquero, por ejemplo, hasta reconocer y desarrollar acciones y políticas específicas, dedicadas a subsanar las desigualdades sociales, económicas y laborales de las mujeres del sector.
- Garantizar más espacios de participación para las mujeres, reconociendo y apoyando sus derechos laborales y de organización, para que su voz e intereses estén representados en la toma de decisiones. Hombres y mujeres somos aliados en la promoción de la pesca sostenible, no competencia.
- Garantizar espacios de trabajo libres de violencia, instrumentando políticas en contra del acoso y hostigamiento sexual y laboral en espacios y actividades de trabajo.
- Redistribuir labores de cuidado y soporte en casa y en el trabajo, esto implica reflexionar en torno a los roles estereotipados que mantenemos respecto a las mujeres, en la pesca y en la sociedad en general… ¿ayudan a construir una pesca más fuerte, una sociedad más justa?
- Respetar las voces, los cuerpos y la vida de las mujeres, en todo momento y en todo lugar.
Finalmente, gracias a todas y cada una de las mujeres involucradas en la pesca. Con su trabajo, dedicación y ejemplo, me han enseñado a ser más fuerte, resiliente y consciente de que avanzar hacia una pesca sostenible requiere de esperanza, unión y pasos firmes y constantes.