Los FIP’s como herramientas para alcanzar la sostenibilidad de las pesquerías

Imaginemos pesquerías en las que autoridades, pescadores y pescadoras, científicos, organizaciones de la sociedad civil, comercializadores e intermediarios, trabajen de manera coordinada para alcanzar metas comunes… ¿Suena utópico? Eso es exactamente lo que está sucediendo ahora mismo en 25 pesquerías mexicanas, tanto artesanales como industriales, por ejemplo, varias pesquerías de bivalvos y merluza en el Golfo de California. Estos esfuerzos, conocidos como Proyectos de Mejora Pesquera, o FIP’s (Fishery Improvement Projects, por sus siglas en inglés) buscan, precisamente, utilizar la capacidad de los mercados para promover cambios en las prácticas pesqueras con el fin de garantizar la sostenibilidad de las mismas. Sus orígenes se relacionan con el interés creciente de los consumidores en todo el mundo, en productos del mar que sean de gran calidad y a la vez, también sean sostenibles.  En esencia, el modelo FIP utiliza el poder del mercado para impulsar cambios a lo largo de toda la cadena de suministro de los productos marinos que garanticen la sostenibilidad de los mismos.

¿Cómo funcionan los FIP’s?

Los Proyectos de Mejora Pesquera utilizan el estándar del Marine Stewardship Council (MSC) como herramienta para medir el desempeño medioambiental de las pesquerías, así como para permitir a la industria y al consumidor evaluar sus decisiones de compra. Este estándar evalúa tres principios fundamentales en el manejo de las pesquerías:

  1. El estado del stock que se está capturando
  2. La salud del ecosistema que soporta a la pesquería (incluyendo a las otras especies que pueden ser capturadas durante el proceso)
  3. Los mecanismos de gobernanza que hacen posible el manejo de la pesquería.

Estos principios, si bien no son los únicos necesarios para lograr pesquerías sostenibles, se constituyen en un soporte fundamental para el establecimiento de pesquerías saludables.

Además de los principios del MSC, recientemente se han incorporado a los FIP’s herramientas de atención a las problemáticas sociales que muchas veces rodean a las pesquerías. Esto, en el entendido de que no se puede hablar de verdadera sostenibilidad si no consideramos elementos como la defensa de los derechos de las y los pescadores, la igualdad y equidad en las actividades de pesca, o la seguridad alimentaria y el acceso a los recursos en las comunidades costeras. Por tal motivo, durante este año 2021 entrara en vigor para todos los FIP’s una versión actualizada de la Herramienta de Evaluación de Responsabilidad Social para los Productos Pesqueros, con el fin de permitir a todos los participantes de los FIP’s atender a situaciones de índole social que puedan estar afectando a sus pesquerías.

En general, los Proyectos de Mejora Pesquera constan de 6 etapas, que van desde la identificación de las pesquerías que pueden ser buenas candidatas a participar bajo este modelo, hasta la verificación de los cambios logrados, tanto en las prácticas como en la gobernanza de las mismas. De una manera esquemática, estas etapas se ven de la siguiente manera:

Etapas de un FIP

 

Dos modelos FIP

Actualmente, existen dos tipos de FIP’s: los básicos y los exhaustivos. Los primeros son un buen punto de partida para abordar problemas específicos de muchas pesquerías como, por ejemplo, la falta de información confiable sobre las capturas o los efectos de la pesquería sobre el ecosistema. Por su parte, los FIP’s exhaustivos abordan todos los retos medioambientales de una pesquería en su conjunto, con el fin de alcanzar los niveles más altos de sostenibilidad. Las principales diferencias entre los dos modelos son el alcance del plan de trabajo, el nivel de complejidad de los objetivos planteados y la verificación rigurosa de los avances reportados. Es importante destacar que solo los FIP’s exhaustivos pueden aspirar a obtener una eco-certificación al concluir su plan de trabajo.

Si bien los Proyectos de Mejora Pesquera no son el único camino para llegar a la sostenibilidad de las pesquerías, sí constituyen una herramienta muy poderosa para alcanzarla, al utilizar el poder de los consumidores al momento de sus elecciones de compra para generar cambios en el agua que, a su vez, ayuden a la recuperación de los océanos y los recursos marinos.

Actualmente, existe un número importante de pesquerías trabajando bajo este modelo. Vale la pena informarse para conocerlas y apoyarlas para que puedan seguir transitando el camino de la sostenibilidad. Para más información, puedes visitar:

https://fisheryprogress.org/

http://solutionsforseafood.org/wp-content/uploads/2021/03/FIPGuidelines_spanish_2021.pdf

https://www.ceaconsulting.com/wp-content/uploads/2020-Global-Landscape-Review-of-FIPs.pdf