La curvina golfina (Cynoscion othonopterus) es una especie endémica de la región central y del Alto Golfo de California. Es de gran importancia social y cultural para las comunidades aledañas a la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, entre las que se encuentran la comunidad indígena Cucapá y 3,321 familias pescadoras que, en temporada de curvina, participan en el eviscerado, procesamiento y actividades relacionadas al mantenimiento, avituallamiento, procesamiento y embarque hacia sus destinos finales de comercialización y que hasta 2020 contaban con 738 embarcaciones con permiso para realizar la pesca comercial de esta especie.
La curvina es una de las pesquerías nacionales con mejor regulación bajo un modelo de pesca basado en derechos y cuota de captura: cuenta con un plan de manejo pesquero, una ficha en la carta nacional pesquera, una norma oficial NOM-063-PESC-2005, un permiso comercial específico, así como un grupo de monitoreos que cuantifica la captura (administrativos), mide y pesa cada curvina (biológicos), en cada una de las zonas, horarios y sistema de pesca bien definidos. CONAPESCA define la cuota anual de captura con base en la opinión técnica del INAPESCA, que a su vez comparte y fortalece su información científica a partir de su participación en el Grupo Técnico Curvina, en donde interactúan investigadores de distintas instancias nacionales e internacionales.
La pesquería también cuenta con un Comité Consultivo de manejo regional, en donde participan autoridades, pescadores, comunidad, investigadores y organismos de la sociedad civil; su objetivo es encontrar las mejores alternativas para el manejo consensuado y sostenible de este recurso.
Muchos de estos avances en el manejo sostenible y responsable de la curvina son el resultado de una década de trabajo colaborativo de EDF de México con comunidades pesqueras, gobiernos locales, dependencias federales y otros actores, en la región del Alto Golfo de California. De ahí la importancia de garantizar la continuidad y fortalecimiento de la legalidad y sostenibilidad de la pesquería en el futuro.
Aunque por su impresionante capacidad reproductiva podría parecer que este pez no desaparecerá nunca, es importante considerar que es una especie genéticamente vulnerable. Por ello el manejo pesquero es clave. Desafortunadamente, hay un alarmante crecimiento de la pesca irregular en la región, así como el uso generalizado de redes con luz de malla inferior a la recomendada por el INAPESCA. A esto se suma el cambio climático que, aunque para algunos pareciera algo lejano y que solo sucederá a otros, la realidad es que sus efectos son y serán aún más severos y sin duda impactarán no solo a la curvina sino al conjunto de especies, ciclos, procesos, distribución y, en general, a la forma de pescar alrededor del mundo.
Ante este escenario tan complejo, y de no tomarse acciones en la pesquería, el recurso -que había logrado grandes avances en su manejo- puede pasar de una condición de “máximo rendimiento sostenible” a indicios muy preocupantes de “deterioro”. Dado el entorno de protección a las especies endémicas de la región del Alto golfo de California, el manejo pesquero requiere de innovación, pero también del cumplimiento y compromiso de todos los sectores involucrados.
Sin la implementación de acciones inmediatas para detener y revertir el actual estado de relajamiento e incumplimiento de la normatividad y los acuerdos de manejo, se tendrá una mayor afectación económica e inestabilidad social para las comunidades de la región y se correrá el riesgo de que la pesquería se vulnere y sea insostenible.
En EDF de México estamos convencidos que las comunidades están preparadas para enfrentar los retos que como comunidad pesquera, les permita continuar con su vocación pesquera; y que su madurez, responsabilidad y conocimiento las prepare para responder a la urgente necesidad de coordinarse en la construcción de políticas públicas pesqueras claras, incluyentes a nivel social y ecosistémico. Esto debe construirse mediante acuerdos y mecanismos de monitoreo, seguimiento y control necesarios que permitan la recuperación de una condición pesquera estable, que mantenga a la curvina golfina entre los motores del bienestar social, orgullo, identidad cultural y prosperidad económica de la región.
Los habitantes del Alto Golfo son quienes más interés tienen en conservar sus pesquerías, por ello es importante su compromiso en el manejo sostenible, que responda con equidad y pluralidad a sus comunidades para que éstas sean más prósperas y resilientes a los retos del cambio climático y la complejidad de la región. El futuro de la curvina golfina está en sus manos, pero apoyar su recuperación debe ser compromiso de todos.