Por definición, el manejo pesquero es un conjunto de estrategias encaminadas a lograr un objetivo relacionado con las pesquerías, enfocado en quien captura o aprovecha los recursos y no sobre los recursos aprovechados, es decir, el manejo pesquero se aplica sobre los pescadores, no sobre las especies marinas. La FAO[1] se refiere al ‘Manejo pesquero’ como:
“El proceso integrado de acopio de información, análisis, planeación, consulta, toma de decisiones, asignación de recursos e implementación, con el seguimiento a la aplicación necesario, de las regulaciones o reglas que gobiernan las actividades pesqueras para asegurar la productividad continua de los recursos y el logro de otros objetivos pesqueros”.
Por sí misma la definición es bastante amplia, por lo cual nosotros partimos de la base: acopio de información, análisis y planeación.
Imaginemos un sistema pesquero totalmente nuevo, una población de organismos marinos sin explotar, cuya existencia sólo ha sido afectada por la naturaleza sin intervención humana. Esta población comienza a ser aprovechada por un grupo de personas, primero a niveles muy bajos, pero que en un periodo muy corto, el nivel de aprovechamiento se intensifique.
¿Qué hacemos si no tenemos información? La respuesta es: aplicar enfoque precautorio, que “involucra el desarrollo, dentro de las estrategias de manejo y planes, consideración explícita de las acciones que se deberán tomar para evitar resultados no deseados”.[2]
Aquí, no se menciona en ningún momento la interrupción de la recopilación de información ni el desarrollo de planes o estrategias. Al contrario, es importante recordar que la gestión pesquera se fundamenta en la disponibilidad de información. Aunque podamos adoptar el «enfoque precautorio» en nuestra pesquería, con el objetivo de prevenir la sobreexplotación (sin necesariamente llegar a la extinción de la especie, sino a una situación donde la pesca ya no sea rentable), es imperativo simultáneamente establecer sistemas robustos para la recopilación de datos, análisis, planificación, consulta y toma de decisiones.
De forma paralela, también podemos fijar una serie de metas para evitar que se acabe la pesquería, por ejemplo:
- Evitar que se capture durante la época de reproducción, entonces la estrategia de manejo es una veda temporal.
- Capturar solamente ciertos tamaños de peces, lo que se traduce en una talla mínima de captura por el arte de pesca3[3], o de observar que esta especie se agrega en cierta época del año en algún lugar y que están todos ahí, hechos bola chicos y grandes y evitar la pesca en esa zona.
- Si se desea maximizar las ganancias, moviéndose en los delicados terrenos de la oferta y demanda, se pueden establecer límites de captura (que también sirven para eso), o implementar sistemas de subasta.
¿Cuál es el objetivo del manejo pesquero?
Identificar con base en la información adquirida sobre la especie que se esté pescando: cómo crece, cómo y cuándo se reproduce, cuánto tiempo vive, siempre se ve igual o cambia conforme crece, se mueve mucho o se mueve poco, que tanto hay, cuanto es lo máximo que podemos sacar.
Toda esta información nos da pistas de qué tan vulnerable es la pesca. No es lo mismo pescar un animal que nada muy rápido como el atún, a una almeja que vive enterrada en el fondo en menos de un metro de agua: no viven lo mismo, no comen lo mismo y su vulnerabilidad a la pesca es totalmente distinta. Al igual que la pesca de todas las especies es distinta, así lo es el manejo pesquero, que se debe planificar y ejecutar, pero mantenerse flexible para adaptarse a las condiciones cambiantes de los recursos, ambiente y exigencias del mercado.
¿Se puede dar respuesta al cambio climático a través del manejo pesquero?
El manejo pesquero apoya en la construcción de la resiliencia oceánica. Cuando manejamos las pesquerías de manera sostenible, promovemos mantener océanos saludables. Esto significa que las poblaciones saludables tienen una mejor oportunidad de recuperarse de los cambios en los mares, como el aumento de las temperaturas o las tormentas más fuertes. Es como construir un equipo fuerte: los peces saludables pueden adaptarse mejor a los desafíos que aquellos débiles y agotados. Así que, al practicar la pesca responsable a través del manejo pesquero efectivo, no solo nos estamos alimentando a nosotros mismos, sino que también estamos ayudando a proteger nuestros océanos frente al cambio climático.
Así pues, el manejo pesquero no debe ser visto como una serie de reglas inquebrantables. Ciertamente, trabajar con una diversidad de especies es complejo y sobre todo requiere de mucho esfuerzo, pero en el manejo pesquero no hay soluciones rápidas ni simples. Enfrentamos un largo proceso de aprendizaje, incorporación de información y, sobre todo, mucho trabajo, sin perder de vista que las medidas de manejo que finalmente sean implementadas tendrán un mayor impacto en las especies que son pescadas y en todas las personas que dependen de ellas como forma de vida.
El Dr. Alfonso Medellín Ortiz es especialista en ecología, oceanografía costera, ecosistemas marinos y pesquerías. X (antes Twitter): @MarSciRonin
[1] «No oficial» porque FAO no quiso entrar en debates, pero plasmo todo lo que debe contener el manejo pesquero en su guia: http://www.fao.org/3/y3427e/y3427e03.htm#:~:text=%E2%80%9CThe%20integrated%20process%20of%20information,of%20the% 20resources%20and%20the
[2] http://www.fao.org/3/W3592E/w3592e07.htm#:~:text=A%20precautionary%20approach%20to%20managing,to%20avoid%20specifi c%20undesirable%20outcomes.&text=For%20all%20fisheries%2C%20plans%20should,revised%20to%20incorporate%20precautio nary%20elements.
[3] Cualquier artefacto que sea utilizado para pescar: atarrayas, redes de enmalle, agalleras, anzuelos, líneas de mano, cañas de pescar, poteras, trampas, etc.